19 enero 2011


CARBON VERDE

Coincidiendo con la recién acabada Cumbre de Cancún, donde se ha avanzado en una compleja negociación multilateral para hacer frente al cambio climático, el Congreso aprobó el pasado mes de diciembre la Ley de Captura y Almacenamiento de CO2 (CAC) que representa una de las tecnologías de mayor futuro en la mitigación de estas emisiones a la atmosfera.


España se convierte así en uno de los primeros países de la UE en trasponer la directiva comunitaria que sobre este fin elaboró dentro de su paquete de apoyo a las energías renovables, eficiencia energética y disminución de emisiones para el año 2020.

La evolución y desarrollo de la humanidad, desde la era industrial, se ha basado en un crecimiento donde la demanda de energía se ha satisfecho por la quema de combustibles fósiles. Desde 1850 la población se ha multiplicado por cuatro pero el consumo de energía por ochenta, lo cual da fe del problema que representan las emisiones de CO2 a la atmósfera.

El consumo de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón), sigue siendo el modo principal por el que obtenemos nuestra energía. Actualmente supone el 80% del total, sin embargo la tendencia no es que su uso disminuya drásticamente en el medio plazo. La Agencia Internacional de la Energía prevé que en 2050 el 55% de la energía obtenida provenga todavía de estos recursos.

De entre todos los instrumentos actuales y futuros para mitigar los efectos del cambio climático, destaca la tecnología CAC, por estar vinculada a los principales productores industriales de emisiones, tales como la industria de refino, las cementeras o las centrales térmicas de carbón. En nuestro país, estas últimas representan el 50% del total de emisiones producidas en instalaciones fijas.

En nuestras zonas mineras de carbón, que vienen sufriendo de una reconversión vinculada a los costes de producción por la competencia internacional, se añade ahora la presión ambiental, dado que la combustión del carbón es una de las que mayor cantidad de CO2 emite. Ambas necesitan de una política que permita el mantenimiento del carbón autóctono como reserva estratégica energética para España junto a su decidida participación en la investigación y desarrollo de la técnica CAC para un uso limpio de este recurso.

Sobre el primer problema, el Decreto de ayudas al sector que acaba de respaldar la Comisión Europea debe representar una salida temporal a sus necesidades. La alternativa CAC, el mantenimiento definitivo en nuestra estructura de producción de este combustible fósil.

La tecnología CAC permite rescatar entre el 85% y el 95% de CO2 tratado en una planta de captación, lo que supone una reducción neta cercana al 90% de las emisiones producidas, en comparación con la misma instalación sin CAC.

Es una tecnología que a diferencia de otras, cuenta con el soporte de la comunidad científica de Naciones Unidas (IPCC), que la valora como una alternativa eficaz para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Es verdad que el despliegue de la misma no será inmediato, pero sin el marco jurídico aprobado se haría imposible acortar los tiempos e incrementar con ello las expectativas de éxito que conlleva.

El trabajo de la Fundación Ciudad de la Energía (CIUDEN) es, en este sentido, encomiable.
En definitiva, un texto legislativo que contiene un profundo carácter innovador pues quiere convertir a nuestro carbón en aliado contra el cambio climático, adelantando un futuro donde lo que hoy podemos ver pintado de negro mañana lo convirtamos en verde: un carbón verde.

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